06/09/13

7 steps to a clear conscience / Blog Bishop Renato Cardoso - 7 pasos para una consciencia limpia



When we do something wrong our conscience becomes our enemy. We are accused by our thoughts and feelings, every time we remember the subject. Even if no one knows anything because our mistake remained a secret, we know the problem exists.

Our minds are split in half. We become weak. We end up failing even more. And the vicious cycle continues.

How do you get rid of it?

If you didn’t stop making the mistake, stop immediately.
Change the habits and routines which lead you to make that mistake, so you don’t make the mistake anymore. Make the necessary changes for this, for example, cut off a friendship or don’t delete the history in your browser.
Confess your mistake to God. Why? Because it’s good for you to have to settle accounts with someone greater than you. He is the only one who can offer you true forgiveness and help you to forgive yourself.
If your mistakes affected someone, make peace with them. Resolve the issue. Erase the wrong, doing what’s right.
Consider the benefits of confessing and coming clean – not for yourself but for those who need to hear your confession. Ask yourself: “Does this person need me to confess? Will it help them? Will it make things better? Isn’t it better for them to hear it directly from you than from someone else?
Share the load. Your Pastor or someone else morally and spiritually prepared can be extremely useful in helping you get a new perspective on the subject.
Learn from your mistakes. Realize how hard it is to clear your conscience. Is it worth getting dirty again?
There’s no softer pillow than a clear conscience. Value it.


7 pasos para una consciencia limpia /Blog Obispo Renato Cardoso 
(IURD)

Cuando hacemos algo incorrecto, nuestra consciencia se convierte en nuestra enemiga. Sufrimos por pensamientos y sentimientos de acusación periódicamente, todas las veces que nos acordamos del tema. Aunque nadie lo sepa, aunque nuestro error haya quedado oculto, el problema es que nosotros lo sabemos.

Entonces quedamos divididos en nuestro interior. Nos debilitamos. Terminamos equivocándonos más. Y el ciclo continúa.

¿Cómo librarse de eso?

Si todavía no dejo de hacer lo incorrecto, pare inmediatamente.
Cambie los hábitos y rutinas que lo condujeron hasta eso por otros mejores, para no caer nuevamente. Haga los ajustes y cambios necesarios para eso, por ejemplo, cortar una amistad o simplemente borrar el histórico de la computadora.
Confiésele su error a Dios. ¿Por qué? Porque eso lo hace rendirle cuentas a Alguien mayor que usted. Porque Él es quien da el mayor perdón y nos ayuda a perdonarnos.
Si su error perjudicó a alguien, restitúyalo. Corríjase. Borre el mal haciéndole el bien a esa persona.
Considere los beneficios de revelar y confesarse – no por usted sino por quien necesita oír su confesión. Pregúntese: “¿Esa persona NECESITA que yo se lo confiese? ¿Va a ayudarla? ¿Mejorará las cosas? ¿Es mejor que lo oiga de mí que de otros?”
Comparta su fardo con alguien. Su pastor u otra persona en condiciones morales y espirituales sanas pueden serle extremadamente útiles y ayudarle a tener una nueva perspectiva sobre el tema.
Aprenda con su error. Observe lo difícil que es limpiar la consciencia. ¿Vale la pena ensuciarla otra vez?
No hay almohada más blanda que una consciencia limpia. Cuídela.




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