El arquitecto. (IURD- España)
“¡Yo no necesito de ayuda, yo estoy bien!”
¿Cuántas veces usted ya escuchó a alguien decir eso, pero dentro de si usted sabía que esta persona necesitaba urgentemente ayuda?
El mundo está lleno de personas que necesitan desesperadamente que alguien les guíe y de ayuda, y aún asi son muy orgullosas para aceptar una mano amiga.
Es como tener una herida que está infectada pero usted no quiere que nadie le ayude, porque usted sabe que le va a doler cuando la traten. A medida que el tiempo pasa, la herida empeorará y usted tendrá un problema peor que al inicio.
¿Será que usted puede ver que algo no está bien en su vida pero usted no sabe que hacer?
¿Ya usó su propia sabiduría y fuerza para resolver su problema pero no sirvió de nada?
A veces tenemos que reconocer que es necesario aceptar la ayuda de alguien que nos pueda sacar del pozo. El mejor camino en esta situación es tragar nuestro orgullo y clamar por ayuda.
El Señor Jesús que le creó y que le conoce mejor que nadie, con certeza sabe lo que usted necesita. Entonces ríndase al Arquitecto de su alma, porque ciertamente lo que está roto puede ser arreglado por el.
